Los aperitivos son otro de mis vicios. Me encantan las comidas de picoteo, eso de probar de todo me chifla. Los pintxos son mi perdición. Las brochetas de hoy son un experimentos, y todos sabemos que los experimentos a veces salen bien y otras veces mal. En esta ocasión el resultado fue un éxito. Las brochetas de alcachofas son refrescantes y saciantes. La vinagreta realza el sabor de esta hortaliza, que no a todo el mundo le gusta.
Lo más importante para que nuestros comensales devoren este plato es elegir unos corazones de alcachofa en conserva que sean dignos, tiernos, y sin tallos. En el mercado hay marcas que nos garantizan estos requisitos, pero otros que nos intentan vender gato por liebre con una falsa denominación de origen navarra. En mi caso, eran muy pequeñitos, tamaño mini, y en las brochetas quedan mucho más coquetos.
Ingredientes:
- Corazones de alcachofa en conserva, cuatro por brocheta
- Medio pimiento verde
- Mdio pimiento rojo
- Una cebolleta
- Dos ajos
- Vinagre de manzana
- Aceite de oliva
- Sal
- Palitos de brocheta
- Montamos las brochetas, con las alcachofas bien escurridas del agua de la conserva. Depende del tamaño, pero podemos poner cuatro corazones por brocheta.
- Preparamos la vinagreta cortando en trozos muy pequeñitos los pimientos, la cebolleta y los ajos. Añadimos el vinagre y el aceite, y dejamos reposar.
- Presentamos las brochetas con un poco de vinagreta por encima, y resevamos el resto en un cuenco para que la gente, si quiere, se sirva.