martes, 19 de octubre de 2010

Tartaletas de lemon curd y merengue



¿Os gusta el merengue? A mí me chifla, aunque creo que es uno de esos elementos dulces que se ama de por vida o se aborrecer hasta la muerte. Recuerdo que me aficioné al merengue hace años, cuando mi madre compraba pasteles de la pastelería Ibañez de mi pueblo y la familia siempre reservaba un merengue para mí. ¿Cómo conseguirán esta textura? nos preguntábamos en casa. Es un meregue delicioso, cremoso, blanquísimo... Mi madre incluso llegó a encargar tarros de merengue, porque la crema blanca terminó por conquistarnos a todos.

Reconozco que me doy el gustazo pocas veces al año, pero para mí es todo un capricho preparar merengue en casa e imaginar combinaciones. La receta que hoy os presento es un clásico, pero al merengue le van muy bien los cítricos y, en general, los aromas afrutados. Y también el chocolate.
El lemon curd de base en la tartaleta, una crema fina, ácida, dulce... exquisita no os dejará indiferentes.





Ingredientes:


12 tartaletas de masa quebrada (en mi caso compradas)
100 gr. aproximadamente de lemon curd para el relleno
3 claras de huevo a temperatura ambiente
Una pizca de sal
200 gr. de azúcar glacé

Para el lemon curd:

200 ml. de zumo de limón
250 gr. de azúcar
100 gr. de mantequilla
4 huevos
cáscara rallada de 1 limón



Preparación:


En primer lugar hecemos el lemon curd. Rallar la peladura de los limones y exprimir los limones y colar el zumo.

Mezclar el zumo, la ralladura y el azúcar en un bol que pueda poneres al baño maría, poner encima de un cazo lleno de agua y cocer removiendo de vez en cuando para que se derrita la mantequilla y el azúcar; mientras que se va calentando batir los huevos.

Cuando tengamos la crema de limón caliente pero sin que llegue a hervir, bajamos la potencia del fuego y añadimos el batido de huevos poco a poco y removiendo con las varillas hasta obtener una crema homogénea.


Con el lemon curd, rellenar las tartaletas y reservar.

Preparamos el merengue. Batir las claras con una pizca de sal al baño maría y agregar el azúcar poco a poco mientras las vamos montando; cuando estén firmes reservamos.

Distribuir el merengue encima de las tartaletas con una manga pastelera, metemos en el horno fuerte durante un par de minutos para que se doren un poco.


Bon Appetit!!!

sábado, 9 de octubre de 2010

Mermeladas ecológicas en Abaltzisketa (Gipuzkoa)

Esta vez no os traigo una receta, sino una bonita historia que transcurre en Abaltzisketa, un pequeño pueblo del interior de Gipuzkoa. Como sabéis, soy periodista y trabajo en un periódico de Gipuzkoa y hace poco publiqué un reportaje acerca de una pareja que se dedica a elaborar mermeladas ecológicas. Para este fin de semana que para los más afortunados será largo, os dejo esta lectura, que espero sea agradable.





Las cazuelas en las que Angela elabora sus mermeladas.


Angela muestra las mermeladas recién hechas en su obrador.



Naera Haundi: una forma de vida


Angela Linskey, originaria de Inglaterra, y el donostiarra Jesus Mari González viven desde 1984 en el caserío Naera Haundi de Abaltzisketa, donde han aprendido a autoabastecerse y se dedican a cultivar fruta y a elaborar mermeladas.


Aunque articula un perfecto y hermoso euskera, su acento delata de Angela Linskey su origen Anglés. Hace años emprendió con su hermana un viaje en autoestop para conocer Europa y el destino la condujo a Donostia, donde conoció entre muchos otros amigos, al donostiarra Jesus Mari González. Desde 1984 el lugar donde su interesante historia encuentra cobijo es en el caserío Naera Haundi de Abaltzisketa, un caserón abandonado que adquirieron para plantearse otra forma de vida, desde y hacia la naturaleza. Allí fue donde optaron por dedicarse a la producción de fruta ecológica y su transformación en mermeladas también ecológicas.

Mientras el mundo se preocupa de la vuelta al trabajo y el estrés post vacacional, Angela y Jesus Mari afrontan el nuevo curso con el mismo espíritu con el que lo cerraron. "Para no tener este tipo de problemas consigo mismo, lo mejor es no coger vacaciones en todo el año", comenta entre risas Jesus Mari. Hace muchos años que no saben lo que es hacer vacaciones, ya que hace muchos años decidieron dedicarse por completo al caserío, sus animales y sus árboles frutales, lo cual conlleva un trabajo diario. "Lo cierto es que tenemos mucho trabajo, pero también tenemos otro tipo de aficiones que nos relajan como la lectura o los paseos", añade Angela.

No es fácil resumir el recorrido de Angela y Jesus Mari antes de llegar a Abaltzisketa. Antes de instalarse en Euskal Herria, viajaron a Inglaterra donde Jesus Mari perfeccionó su inglés; también vivieron algunos años en un caserío de Urnieta junto a otro grupo de amigos y vieron que era necesario aprender euskera si querían vivir en el caserío. Lo hicieron en Lazkao y hoy es un placer oírles hablar euskera.

En Naera Haundi se aboga por una filosofía particular de vida y de descanso en armonía con el entorno, generan más del 50 % de la energía que consumen a partir del sol y la biomasa, producen fruta y elaboran mermeladas ecológicas. Como complemento, poseen dos apartamentos dentro de la denominación de agroturismo, y realizan actividades lúdicas como tiro con arco, artes marciales, o visitas guiadas por su explotación.

A pesar de vivir en un paraíso particular alejados del ritmo frenético de la ciudad, Angela y Jesus Mari no viven aislados del mundo, y es un gusto conversar con ellos sobre las reglas del mercado actual, el inusitado traslado de materia prima en el mundo, la manida crisis económica o, incluso, la comercialización de espárragos de Navarra que llegan desde Perú. "No entendemos hacia dónde va este mundo y los intereses de la industria y los gobiernos que nos dirigen", reflexionan. Se horrorizan ante el salvajismo de la industria alimentaria y Angela se lamenta de la situación de la agricultura en Euskal Herria. "Creo que los gobiernos han perdido aquí una gran oportunidad de crear una agricultura ecológica, ya que en Euskal Herria los caseríos y terrenos son pequeños y las distancias muy reducidas", explica Angela. Cuando ellos comenzaron a dedicarse a la agricultura ecológica supuso una gran revolución. Sin embargo, ahora la palabra "eco" está en boga. "Lo que en realidad se está poniendo de moda es la ecoindustria, que busca poner una etiqueta a sus productos para vender más", alerta Jesus Mari.

Las mermeladas en Naera Haundi se elaboran según recetas tradicionales, usando sólo como materia prima la fruta y el azúcar de caña ecológico. "Realizamos todo el proceso a mano, teniendo en cuenta las características de las diferentes frutas que cultivamos. La fruta pequeña, como la grosella o la frambuesa es la que mejor se adapta a este entorno húmedo, pero también tenemos higos o kiwis. Los cítricos no aguantan este clima y esta fruta nos la traen. Una vez embotada en el obrador, pasa a una sala de reposo donde descansa un tiempo antes de etiquetar y pasar al almacén", detalla Angela, quien se encarga de elaborar las mermeladas.

La autosuficiencia es su consigna. Además de los árboles frutales, tienen poneys, conejos y una pequeña huerta. La hierba que cortan entre los frutales se emplea como abono, hacen compost, utilizan purín de ortigas para fortalecer las plantas, decuecen la cola de caballo para combatir los hongos y también el ajo contra ciertos insectos.

Hasta hace algunos años era Angela quien se encargaba de acudir puntualmente a las ferias para comercializar sus mermeladas. Ya no lo hace "porque no era rentable" y Lur Lan Baserritar Elkartea es quien se encarga de hacer llegar sus producciones directamente al consumidor, sin intermediarios.



FUENTE: NOTICIAS DE GIPUZKOA


miércoles, 6 de octubre de 2010

Bolas crujientes de berenjena y mozarella




Parecen croquetas sí, pero no lo son. Bueno, en realidad no sé si es requisito indispensable que las croquetas lleven bechamel. En cualquier caso, esta receta prefiere llamar "bolas" a este aperitivo, que nos sirve para abrir boca en una copiosa comida.

He visto en varios blogs esta receta y, como sabéis, no me puedo resistir a ninguna receta que lleve queso. En este caso utilizamos mozarella, pero podría utilizarse otro tipo de queso con carácter. En cuanto a las especias, aunque yo no sea muy amiga de ellas, reconozco que en esta receta el tomillo y el cilantro casan a la perfección con la berenjena y la mozarella. Fijaos en que la berenjena que compráis tenga la piel firme y no tenga magulladuras, eso nos garantizará que tenemos entre manos verdura fresca y tierna.



Ingredientes (salen entre 15 y 20 bolas)

Medio kilo de berenjenas
2 huevos
100. gramos de queso parmesano
Una taza y un cuarto de pan rallado
Ralladura de un limón
Medio manojo de perejil o cilantro
Tomillo (opcional)
Pimienta negra
1 y 1/2 cdas. de harina
100 gramos de queso mozarella


Preparación

En primer lugar, precalentar el horno a 180º.
Se pueden pelar las berenjenas o no (en mi caso, no). Disponerlas en una fuente, salarlas y dejarlas en reposo durante una media hora para que suelten su amargor.

Pincelar con aceite unas bandejas de horno, secar la berenjena y ponerlas en la fuente; pincelarlas de nuevo con un poco de aceite e introducir en el horno (30-40 minutos). Dejar enfriar y cortar en trozos más pequeños.

En un bol batir un huevo, añadir el queso parmesano, 1/4 de taza de pan rallado, la ralladura de limón, el perejil, el tomillo, la pimienta y la sal. Agregar la berenjena troceada y mezclar todo mezclándolo con el tenedor.

En otro bol ponemos el resto del pan rallado, y en otro diferente batimos el otro huevo y le incorporamos la harina.

Así, coger pequeñas porciones de berenjena, hacer un hueco en el medio para la mozarella, y cerrarla. Pasar las bolas por huevo-harina y pan rallado y freir en abundante aceite.

Bon Appetit!!!
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